miércoles, enero 07, 2009

No me cansaría de verla. Y crean que lo hago religiosamente cada cierto tiempo; y no me agota, repito, y sigo disfrutando de cada fotograma como si fuera la primera vez, incluso más a cada visionado…para mi eso es cine a lo grande, poético y genial. Un clásico que se mantiene en forma e incluso adquiere patina y más sentido conforme se va cumpliendo, bastante a rajatabla, el vaticino finamente irónico de una tecnología cada vez más deshumanizada. Porque la película va de eso, cuando nuestro protagonista (aquí un poco minimizado por gélidas extensiones de pulcra arquitectura y muchas veces mezclado con tropeles de gente automatizada) se adentra en un París modernísimo y reluciente todo cristal y metal, se “auto-inocula” como germen del caos que es, todo bonachona patosidad , bondad atolondrada y rey supremo del despiste…y alucina con la visión de oficinas con cubículos como celdillas de abeja, la geometría exacta de corredores y resbaladizos pasillos, azafatas como autómatas bellísimas de andares mecánicos y sexys a la vez, y todo con apenas diálogos, y gags exquisitos de factura casi surrealistas aderezados musicalmente, por ejemplo, con los sonidos propios del skay en estado puro (delatores sillones plásticos) o el ensordecedor silencio de una sala vacía de espera.
Allí donde lo público y lo privado se entremezclan, allí va a para Hulot, como cuando visita a un amigo cuyo salón no es más que una pecera que da a la calle y desde donde se ofrece el clónico ritual (en todos los apartamentos consiguientes más o menos se realiza el mismo…) del sagrado visionado de la TV último modelo, eso si, en familia…o se mezcla con un vistoso florido enjambre de turistas americanas y apunta apenas un atisbo de romance -de lo más naïf y pudoroso- con una de ellas…

Irónica y encantadora, con un Hulot que dan ganas de invitarlo a un café y salvarlo de tanta grandiosidad deshumanizada, que huele ahora mismo a las grandes superficies llenas de gente que se ignora a poquísimos centímetros de piel…

8 comentarios:

Eduardo dijo...

Uy, Tatiiiiii

xnem dijo...

Recuperé al señor Tati y a Mr. Hulot hace poco, gracias a los dvds.

Cuanto se puede decir sin apenas hablar una palabra.

y su música... ummmmh!

WODEHOUSE dijo...

Es magnífico, es el arte total. Música, estética al servicio de esa mente tan aguda, observador de los absurdos comportamientos de la sociedad que no se ha quedado trasnochado a pesar de los años sino que al revés está más patente que nunca.
Es magnífico todo en esta película, la favorita de mi padre y mía, que ya estando tan malito y no podía hablar se entretenía escuchando cómo le escenificaba las escenas de todas sus películas en la fría habitación del hospital y fabricaba improvisaciones con los diferentes tubitos, cablecitos, aparatitos , botones artilugios y mobiliario de última generación de la misma. Se reía mucho con solo recordar las escenas y los ruiditos de sus pelis.
Eso no era cine, era arte puro.
Gracias por recordarle.

Anónimo dijo...

¡¡¡Feliz 2009!!!
Me la apunto para reverla, qué olvidada la tenía, casi ni me acuerdo ¿será posible?
Besos agradecidos.

Sintagma in Blue dijo...

Ohhhh, adoro esta película!

Carmen dijo...

Una genialidad que no veo desde hace.... ufff.... demasiado!!! Ala, me apunto los deberes. Besosssss

ALOMA69 dijo...

Esas películas que se pueden ver una y mil veces...sé a lo que se refiere, ya lo creo que sí!

Besos!!!

nancicomansi dijo...

EDUARDO. SIIIIII,TATIIIIII!!!!

XNEM: Bueno...a mi TODO TATI no me emociona, la verdad...algunas pelis me aburren sobremanera, lo siento, pero esta está entre mis preferidas...cuirioso, no?

WODEHOUSE: Esgenial, y pase el tiempo que pase, conserva la misma frescura...
y los "ruiditos", si...,)

LULA: Pues a refrescarse!!!
Buen año para tí también...

SINTAGMA: Ya somos dos...

CARMEN: Pues ya toca...


ALOMA 69: el cine de verdad...un clásico.