miércoles, enero 27, 2010
NAPOLA
-sin piedad ni compasión-
(Las NAPOLAS alemanas eran escuelas de élite, centros de enseñanza político-nacional ,en las que en un estricto régimen de internado, se pretendía configurar a las futuras élites del Tercer reich)
Las películas sobre nazis tiene la ventaja de poder recrearse en el horror con más disculpa que cualquier otro género…al fin y al cabo, la realidad con la que se trabaja suele hacer palidecer ante cualquier intento de transcribirlo fielmente a la pantalla; en ese empeño puede caerse en el gore más obtuso y repetitivo, pero felizmente y para provecho de su argumento, no es el caso de esta película. Esta se centra más en el proceso embrionario de la la forja del carácter ideal, el común a todo alemán que se considere digno de su patria. Y sin compasión ni piedad para conseguirlo.
NAPOLA resulta dura sin ser indigesta y reclama más de nuestro corazón que de nuestro estómago (por visceral, digo). Cuenta incluso con delicadas pinceladas de ternura , sobre todo en el proceso de amistad entre dos alumnos bien diferentes y por la cual –y para bien- uno de ellos cambiará radicalmente su visión del mundo. Así tenemos a Friedrich, un excelente atleta y boxeador en ciernes, que entrará en la escuela contradiciendo las expectativas paternas, y que se verá de inmediato deslumbrado por una perfecta maquinaria engrasada con elitista disciplina; esos uniformes lustrosos e impecables, el compañerismo casi fraternal llevado hasta sus últimas consecuencias, el honor y la heroicidad como premisa insobornable… y todo a cambio de la sectaria promesa de ser cuidado y custodiado con celo y lealtad por parte de los representantes del Nazional-Socialismo; Por esa patria alemana que supuestamente eclosionará en el Tercer reich.
El alumnado no ha sino de acatar, sin cuestionarse, unas reglas ejercidas y promulgadas muchas veces con sadismo y brutalidad. Se trataba de sembrar la semilla del odio. La compasión y la piedad eran proscritas con saña, quedaban definitivamente asociadas con vergüenza a los débiles que no merecían pertenecer al selecto grupo.
Y precisamente eso es lo que le sobra a una pieza que no encaja para nada en todo ese tinglado: Albrecht, el hijo precisamente de un despiadado alto funcionario de la SS. Él será el compañero que fraguará con Friederich esa tandem de amistad profundamente intensa. A la sombra de esta relación, la capacidad incorruptible de Albrecht de cuestionarse lo irracional de esas enseñanzas, hará que Friedrich abra los ojos , no sin escapar a dolorosas pruebas que le azuzarán finalmente a ello.
Hay varios puntos álgidos de ternura entre los dos amigos, muchas escenas emocionantes sin ser ñoñas, otras imágenes difíciles de sostener con la mirada pero dosificadas y nada tremendistas. Contado todo ello con una sutíl inteligencia que la hacen de NAPOLA película memorable.
Y además la dieron en la 2 de TV sin corte publicitarios (¡Milagro! les juro que yo no me lo creía...)
Una gozada total.
Y precisamente eso es lo que le sobra a una pieza que no encaja para nada en todo ese tinglado: Albrecht, el hijo precisamente de un despiadado alto funcionario de la SS. Él será el compañero que fraguará con Friederich esa tandem de amistad profundamente intensa. A la sombra de esta relación, la capacidad incorruptible de Albrecht de cuestionarse lo irracional de esas enseñanzas, hará que Friedrich abra los ojos , no sin escapar a dolorosas pruebas que le azuzarán finalmente a ello.
Hay varios puntos álgidos de ternura entre los dos amigos, muchas escenas emocionantes sin ser ñoñas, otras imágenes difíciles de sostener con la mirada pero dosificadas y nada tremendistas. Contado todo ello con una sutíl inteligencia que la hacen de NAPOLA película memorable.
Y además la dieron en la 2 de TV sin corte publicitarios (¡Milagro! les juro que yo no me lo creía...)
Una gozada total.
viernes, enero 22, 2010
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