PRETTY IN PINK

Con la implícita cursilería de los gorritos con flores de tela, hablando el idioma de los legins de colores fluo y las americanas con hombreras gigantonas, espuma para el pelo y brillos de caramelo para ellas, chalecos de payaso y tupés vergonzantes en los chicos, así me embrujó esta película con título tan dulce como un chicle pegajoso de merengue...en la época de los ángulos incisivos en casi todo, quizás hacía falta un icono tan asequible y amablemente bello como la Dunkie interpretada por Molly Ringwald...
Historia del típico triangulo amoroso en el que las miradas no se posan, quizás, donde deberían, su mérito no está en la pericia narrativa, sino en el saber envolver el argumento con todo el aroma condensado de una época, con toda su desfachatez y dulzura, errores y aciertos, y no pretender más...
A mi me trae el recuerdo de una envidia insana y materialización inalcanzable ( soy demasiado morena...) por el pelo color zanahoria de la protagonista, el de sus morritos tan incendiarios como virginales...su actitud de figurita de porcelana a puntito de quebrarse, y su desparrame de pecas canela...y el encanto eterno del gracioso amigo/enamorado, siempre despechado, imitando a Otis...el guapo oficial nunca me lo pareció demasiado, y el descubrimiento de un James Spader endiabladamente sexy me dejó sin habla por un tiempo...
Era La chica de rosa, si...