

*VARÓN DANDY*
¿Anacrónicos? ¿Decadentes?
Depende de como se mire. Para mi son auténticos caballeros dotados de una personalidad endiabladamente sólida. Pasan de modas pasajeras y se afianzan a un estilo imperecedero que bebe de las fuentes -la mayoría de veces- de entreguerras; para ello llevan a su sastre particular fotos recortadas de revistas de esa época, por supuesto de modelos y trajes, para que se inspiren o directamente copien el patronaje, el corte, o descubran telas actualmente en desuso pero de algún modo recuperables … la opción de ropa de segunda mano, el vintage -siempre y cuando la conservación sea impecable- también es factible cuando la economía no acaba de ser boyante del todo; de todas maneras, teniendo en cuenta lo que dura un traje confeccionado a medida, a la larga resulta quizás más económica esa opción que ir modificando el vestuario a cada cambio de moda o tendencia...
Jamás los verán con zapatillas deportivas, a nos ser que estén en plenas olimpiadas, las suyas, que son un compendio de pruebas más simbólicas que plusmarquistas y que de alguna manera evalúan el grado de implicación en las facetas de su particular "savoir faire", y aún así seguramente serán modelos incontrables en cualquier cadena de tienda deportivas al uso; recrean cortes de pelo de galán de cine negro, muchos llevan cuidado bigote, son adictos al exquisito ritual de fumar en pipa, y desde luego acuden a ese barbero anciano, sin duda el último, que aún usa navaja y jabón hecho con miel de almendras…pulcros, educadísimos, prefieren una simple camisa blanca con pantalón de pinzas a un vulgar chándal y camiseta imperio para pasear informalmente…nunca jamás se atreverían a hacerlo como esa caterva infinita de horteras (turistas y no) que ahora lo hacen por nuestras ciudades, por Barcelona he visto ojiplática algunos mozos que confunden la arena playa con el asfalto de calles y avenidas y deslucen las mismas directamente en bañador y el torso al aire…
Contra eso luchan, y se aglutinan bajo la sombra protectora de su revista fetiche: THE CHAP. Sus páginas rezuman un gusto añejo y mucho sentido del humor, y miren, se me ocurrió pasar por el traductor automático un párrafo de su particular manifiesto y este es el jocoso pero revelador resultado:

-"El capítulo propone adoptar una postura en contra de esta cultura de la vulgaridad. Debemos demostrar a nuestros hijos que las cosas que no vale la pena luchar por las últimas plimsolls de plástico, pero si un par de brogues brillantes. Debemos destetar a sus alcopops y enseñarles cómo mezclar martinis. Deje que el joven no se avergüenza de su flaccidez paunches, que tratan de ocultar en su vestir de nylon - vamos a mostrarles cómo un traje a medida puede disfrazar la ruina de la mayoría de organismos. En otras palabras: una revolución del garbo. Vamos a desconcertar a las masas con costuras en nuestros pantalones que podrían cortar el papel..."-
Me gusta mucho lo de la revolución del garbo...