miércoles, julio 25, 2012
martes, marzo 01, 2011
-REALITY BITES-
¿Pueden imaginarse lo que fué revelar por primera vez esas cajas llenas de negativos?
Bien, empecemos por el principio. La historia es absolutamente real y va de una niñera neoyorquina que gasta su tiempo libre vagando por Chicago y tomándole la medida a la ciudad y sus gentes a base de fotografías: VIVIAN MAIER (Nueva York 1926-Chicago 2009).
Autodidácta, nada presumida y hosca, andaba vestida de señor, con incongruentes zapatones y osados y poco femeninos sombreros ; casi voluntariamente pobre, jamás vendió en vida una sóla foto ni mostró ninguna de las más 100.000 que tomó .Tampoco publicó. Fué Una artista outsider de tomo y lomo, pues carecía de esa genuina vanidad que empuja a todo artista a querer mostrar su obra a toda costa.
Trasladaba las cajas llenas de rollos y fotos a cada casa en la que entraba a trabajar como cuidadora. Era su única posesión, junto a una deteriorada valija con ropa, su cámara Rolleiflex, y poco más.
Su obra vió la luz por pura casualidad -Vivian ya había muerto- cuando un aficionado adquiere en una subasta una primera caja llena de material...En un flash se da cuenta ha topado con un exquisito tesoro, así que decide adquirir el resto del archivo y varias cintas de y peliculas de 8mm; más tarde subirá a FLIRK las instantáneas y varios especialistas corroborarán su increible suerte. John Maloof, que así se llama el afortunado, ha tenido sin embargo que acometer una titánica tarea: revelar, tratar, digitalizar y hasta archivar una cantida ingente de material. Pero todo sea por el arte, y su bolsillo...
Ese es -en resumidísismas cuentas- el rocambolesco periplo que ha dado recientemente a luz la rutilante estrella de una “nanny” que en vida se dedicó a dar papillas a bebés y a fotografiar -en absoluto secreto- a las gentes de los vecindarios más pobres de su ciudad. Fué esa su verdadera pasión que cultivó con un empeño obsesivo pero pudoroso y casi compasivo …
Entre Diane Arbús y Robert Frank (hermanos de similar sensibilidad artística) Vivian MAIER acaba de adquirir su pequeño pero resplandeciente reino.
lunes, febrero 21, 2011
domingo, febrero 20, 2011
viernes, febrero 18, 2011
La ascensión y caída de un irlandés cantamañas y muy mono (ryan O'neall) en la alta sociedad inglesa del dieciocho, contada como un cuento y durante tres intensísimas horas, con encuadres de una belleza de muerte, puros cuadros del XVIII (Turner, por ejemplo) una fotografía espléndida de paisajes sedantes en todos los tonos del verde y tamizados por un sol de oro y espejos, ambientación milimétrica hasta en la iluminación (siiiii....todo con luz natural, Kubric quiso iluminar la oscuridad con velas, persiguiendo así una fidelidad absoluta) , pelucones altaneros y brocados color mazapán en parasoles de muñeca antigua, ademanes y miradas contenidas por una cortesía hipócrita y zalamera propia de esa alta alcurnia, devaneo y coqueteo a tuti plen, extorsión y chantaje solapado pero envuelto en tafetán y brocados varios y la música de Händel, o Paisiello....y Barry y la condesa sin cruzar palabra cosiendo miradas de seducción pura mientras juegan a las cartas, y los niños floreciendo al día envueltos en terciopelo y puntillas, paseando por el parque con caballos enanos con adornos de plumaje en la cabeza...oh, es taaaaan maravillosa que esas tres horas se hacen añicos en tus pupilas como cristales mágicos...