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TaCONES LeJANOS

Me encantan estética y estáticamente los zapatos de tacón. Lo primero por que ofrece, al menos para mí, un indudable placer visual observar esa sublime construcción, casi arquitectónica, tan plástica y tan plural, en cuanto a colores, materiales, formas… pero, y ahí entra el concepto estático, (tan paradójicamente opuesto a la función inherente a un zapato, ya que sirve para CAMINAR…), por que me gusta verlos en foto, quietecitos, en los pies de otra o míos, pero en posición stand by. La explicación está en que hace ya tiempo, dejé de sacrificar mi velocidad y estabilidad por el puro placer de presumir, que quieren que les diga, me he vuelto condenadamente práctica. Y es que pocas chicas, seamos sinceros, saben moverse con gracia encima de tales fetiches…Y El entorno urbano actual no es más que una continua sucesión de trampas, difíciles de salvar o sortear, para la que se atreve con ellos: véase aceras, perfiles de baldosas, pavimentos con superficie irregular (o demasiado repulida, que luego ¡zasca! Sales volando del patinazo…), no, a no ser que una baje de una limousine para pisar una cinematográfica alfombra roja, es un peligro.
A mi me dan un poco de risa las que pretenden conjugar rapidez y talones, por que el resultado, casi indefectiblemente, es cómico, y más si pretenden las susodichas cruzar un paso de peatones, como ejemplo super-sonrojante…Se ha de Andar lentito, como una geisha, a pocas les han enseñado a trastabillar perfectas, como a las zigzagueantes modelos de pasarela ( y allí hay truco, el suelo es liso…)
De acuerdo, los tacones son sexies, proporcionan de manera natural altura, y restan kilos, además de dotar de un perfil corporal de ensueño: levanta armónicamente glúteos y optimiza el contorno de la pierna, estilizándola adorablemente, obliga a meter estómago y sacar pecho…I-D-E-A-L…pero a mí me sigue pareciendo un poco invalidante para la intrepidez necesaria en los tiempos que corren…yo tengo la zancada amplia y resoluta, y me encanta la libertad de viraje que una botas cómodas ( que también pueden ser guays, estéticas y/o sexies...) o zapatos con no mucho talón, ofrecen…me da seguridad y aplomo, y prefiero estas sensaciones a las que proporcionan el otear pimpante subida a unos taconazos ( odio esta palabreja que se ha puesto de moda en las revistas de ídem).
Además , lo dice ANNA JOHNSON, asesora icónica de belleza y estilo para Vogue, ELLE, etc.: -Jamás, jamás, acudas a una primera cita con unos tacones de vértigo…más que nada por si, al cabo del rato, necesitas salir corriendo…