miércoles, abril 30, 2008
viernes, abril 25, 2008
y hasta GOLDFRAPP hizo versión más oscura del tema:
miércoles, abril 23, 2008
Shangri-la. Los pies miniaturizados. Fu-manchu.Sus concubinas concupiscentes: la perfidia con ojos rasgados; garras como Dagas y esquirlas doradas por escamas: el dragón .El buen chino mandarín y el resto interminable de elementos que remiten a un Oriente estereotipado pero eficaz,emisor de una onda expansiva que aún nos atrapa…con Mishima, Murakami, Tokio Blues y las niñas lolli-gótic, con falditas tableadas y sombras de ojos de niña muerta que asustan un rato, anillos y fantasmas sin pies, el opio que se trapicheaba antaño en Whitechapel…Oriente, Oriente…el peligro amarillo que nunca cesa. La fascinación…
Por eso hoy, la DIADA DEL LLIBRE (al menos en Cataluña…)y detestando el insidioso empujón que te aplica el puro marketing, me reseño este libro y pasado mañana me lo compro.
Imaginario Oriental, por supuesto…
LA CASA DE LAS BELLAS DURMIENTES de YASUNARI KAWABATA
-"El viejo Eguchi acude a una casa secreta, a las afueras de Tokio, donde los ancianos yacen cada noche con jóvenes y hermosas vírgenes narcotizadas para la ocasión. Las reglas de la casa son inflexibles: no practicar el sexo con las adolescentes, no intentar despertarlas de su sueño y no dormir con la misma mujer dos veces. A cambio, a los clientes les está permitido soñar y recordar...
domingo, abril 20, 2008
viernes, abril 18, 2008
MONTGOMERY CLIFT "Nightmare"
miércoles, abril 16, 2008
Vincent Gallo (en el papel de Billly) circula por toda la película con su rostro de ave rapaz y el corazón quebrado, dejando rastros de rabia y mucha furia psicópata.
Ella, una Laila interpretada por Cristina Ricci, transpira en cada fotograma la dulzura trash de un papel de caramelo arrojado al suelo; posee su mismo brillo y banalidad, pero nos seduce con ese pueril automaquillaje lleno de purpurina, con su terca, empecinada ensoñación cuyo único fin consiste en salvar a Billy, sobre todo de si mismo,de su autodestrucción y autismo.
Los dos deambulan por los escenarios comúnes a las road-movies más desaseadas: moteles con raído papel pintado cayéndose a trozos y la Santa Biblia en las mesillas de noche, desangeladas boleras donde se vacían horas tan efímeramente como pegar una calada a un cigarrillo, gasolineras sin estilo y decoro repletas de revistas porno de tercera...
No se, este tipo de películas independientes que supuestamente tienen como escenario el lado más salvaje de la vida, inicialmente me dan un poco de reparo. Temo lo peor: lugares demasiado comunes y personajes siempre con el pelo sucio soltando tacos a diestro y siniestro. Poco más, pero he aquí que un “zapping” crepuscular dio buenos frutos y esta vez me desmintió, para mi suerte. Y es que me gustó.Mucho, además de que no fue mutilada en exceso por los malditos anuncios, lo que ya es mucho.