nancicomansi

Studio 54

Entraban en sus dominios los pobres si eran extremadamente hermosos, jovenes y angélicos, pero los ricos poco agraciados también, con cálculada y despiadada selección. En su interior , actores en franca pero estilosa decadencia, se desparramaban junto a sus alhajas en sofás de peluche naranja y bebían más vodka que un ejercito ruso entero, y anclavan ancianas-cacatúas besándo a gigolós - las joyas y años de la mano de la belleza más tierna y perversa- allí donde se vió una vez a Burroughs junto a una Madonna virgen de fama, aún espléndida de genuino candor, blanca-bella-cara lavada; en un lugar en el que los disc-jockey ejercían con pajarita roja de terciopelo, o corbata hortera, hay que ver…y los smokings blancos sin nada debajo, los lucían damas de filigranada figura empeñadas en sudar bailando, como Bianca Jaguer, o Margot Heminghay, le freak c'est chic, Divine y Andy… el lugar donde también osaban bailar las chicas más intoxicadas con faldas evasé, con vestiditos de crêpe y rizos-mozart, lugar-batidora de mises y futbolistas con escritores Capote, copas locas, drogas siderales y muchos bigotes a lo “burt lancaster”, campana en pantalones y latidos exprimidos con el funk más galáctico, apuntes de soul, calor brillante y la sofisticación infernal de las primeras danzas disco, que allí nacieron o al menos se dieron a conocer… electro-furor alcoholizado y morreos lúbricos, además de públicos, por doquier…

STUDIO 54.