domingo, octubre 18, 2009


ENCUENTROS EN LA TERCERA FASE
("En el séptimo cielo" - "Wolken neun")
Aquí el amor luce arrugas profundas que no quita ya ninguna crema; y flacidez, y canas de plata y da besos como cantos rodados suavizados por los años…

Inge cose en casa, y le arregla unos pantalones a Karl (Ella tiene sesenta y tantos años, el caballero, setenta y seis). Es llevarle el encargo a su casa y prenderse la mecha en un instante dulce; un deseo inesperado los atrapa sin remedio, han caído los dos, como dice la canción, y se pone en marcha el mecanismo animal del instinto más primario; con esa edad, si, con esa pérdida de juventud tan clara, se desean con locura y se dejan llevar con alegría, como dos adolescentes rebosantes de hormonas en plena ebullición primaveral.
Kart es viudo. Ella está casada, conformada y medio-feliz en su rutina, pero las citas clandestinas continúan. Mutuamente se dan alas, y saborean ese regalo del cielo, no sin creciente sentimiento de culpa por parte de Inge respecto a su marido engañado. Pero retozan en el campo junto a un río, bajo la lluvia y de la mano pasean por el bosque… se saben afortunados y en un rapto de euforia juvenil , Inge se sincera con su hija…
No cuento más por si a alguien le da por verla, lo que aconsejo de todo corazón. Solo añadir que me pareció transgresora y muy valiente, sencilla y austera de forma, para recrearse en una historia tan compleja y llena de matices en su fondo. Y que me chocó, lo confieso, la coreografía amorosa de los dos amantes, absolutamente al margen de la perfección física y los estereotipos sociales referentes a la estética. Uno está acostumbrado a la estilización de cuerpos tersos, tenues luces y penumbras que embellecen rostros y dotan de un hálito irreal , casi mágico, la escena sexual Es absolutamente inusual este otro tipo de planteamiento en el cine, si quieren más crudo, seguro que mucho más auténtico. Hasta en la vida real, me temo. Parece como si creyéramos –a pies juntillas- que la gente mayor de sesenta años aspiran solamente a achuchones cómplices en un banco del parque, besos demudados de "entre pareja" a "entre hermanos", y poco más.
Y es que nuestros mayores son tan poco dados al exhibicionismo -gratuito- de manifestaciones de corte erótico…

Gracias entonces al director, Andreas Dresen, por ofrecernos este ejemplo ficticio que bien podría estarse dando ahora mismo en la realidad…quien sabe, quizás esa vecina anciana -que pasea con pantuflas a su perro- mantiene un tórrido idilio con el suegro de la del quinto, y usted siquiera sospechaba de esos encuentros fortuitos en el ascensor…

sábado, octubre 17, 2009


Nueva aportación cortesía de LOLITA LAMENTO. ¡¡Gracias!!

OTRAS BELLEZAS DE PAPEL








































miércoles, octubre 14, 2009









PORTRAIT OF A DECADENT DOLL (Irina y Eva Ionesco)

Resulta alucinante comprobar como ciertas obras de arte y con el paso del tiempo, varian de cariz debido al cambio que a su vez ha ido experimentando la sociedad.
Y es obvio que con la sensibilización que hay actualmente con el tema del menor, su imagen pública y con la pedofía en auge, la obra de Irina Ionesco (París, 1935) sería casi un imposible; admirada clandestinamente, tal vez ... mostrada abiertamente a la luz pública, a bombo y platillo, seguro que no.Y es que repulsa y fascina a la vez que una madre utilice a su propia hija, Eva (desde los Cinco hasta los diez años) como modelo-fetiche de una larga serie de fotografías, todas englobadas en un ambiente de erotismo decadente de burdel; ornamentándola como una Lolita-muñeca-prostituta, atrapándola en ligueros y lencería hechizante, jirones de telas insinuantes, estratégicamente cubriendo y descubriendo porciones de piel, coronas de flores asfixiando su cascada de rizos rubios, carmines y pestañas postizas inadecuadas y totalmente grotescas para una niña (pero inefables a la hora de señalar un ocio perverso), en poses provocadoramente inocentes al uso ... la madre fotógrafa hizo de ella una pequeña ninfa-diosa subiéndola al altar de una estética "porno soft" de fin de siglo, facción "art-nouveau" (no en vano utilizó como escenario las estancias de un palacio que perteneció una Alfons Mucha, representante innegable del Modernismo en Europa).

Repito me parece hoy en día sería del todo imposible exhibir estas obras sin polémica por medio, pero cuando el resultado es a la postre y a pesar de todo, de una belleza tan sensual y evidente, entramos de lleno el peliagudo asunto de la moralidad en el arte: Ética y Estética ¿Pueden ir juntas? ¿Deben?
Por cierto, tengo una cierta memoria del amago de escándalo que se originó en su momento, mediados de los 70's, creo, y a raíz de estas fotos. Sirvio para que INTERVIU vendiera más ejemplares, pero no recuerdo suscitara ningún tipo de debate social a escala demasiado visible. Creo que se quedó en rareza de salón...

martes, octubre 13, 2009


Siempre me gustaron los señores con chistera...quedan tan elegantes, verdad?

domingo, octubre 11, 2009


Siempre va a fascinarnos más el beso intuido, el incierto y apenas vislumbrado abrazo, que la posesión en sí del sueño.

En el amor, conseguir a menudo es empezar a perder...

miércoles, octubre 07, 2009
















TOSYA

Cuando miro blogs de ilustración, o agencias de ídem, la verdad es que acabo agotada de ver cosas muy parecidas entre ellas, imbuidas hasta las trancas de esa corriente que para mi hace demasiado tiempo dura y parece un bucle infinito que se retro-alimenta sin remedio, e incluso degenera más y más…ya se sabe lo que tiene la endogamia, el no esforzarse en crear desde el corazón e intentar sólo complacer el último estilo “que se lleve”, que esté “in”, para que le toque a uno la lotería de salir en la revistuqui de moda o de turno.
Me explico. Las ilustraciones suelen tratar de : niñas-adolescentes góticas o victorianas con cuello duro almidonado y luego minifalda enseña-braguitas con los ojos como platos inundados de lagrimones que suelen chupar obscenas piruletas con aspecto entre naïf y perverso con la piel color de muerta viviente post-apocalíptica y pelo puede que de color albino o verdoso con flequillo muy corto a lo betty boop enana con los miembros extremadamente flacos y que suelen/pueden llevar peluches como conejitos con los ojos inyectados de sangre y/o con miembros mutilados o en su defectos cuchillos, rodeadas de ciervos inquietantes color lila y bosques llenos de árboles retorcidos y maléficos cuyas ramas se asemejan a afiladas garras que parecen tener vida y acosar sexualmente a la menor en cuestión o:
burdas imitaciones Labandianas de anoréxicas pijas amargadas con melenas kilométricas como desvencijadas-narcotizadas sobre sofás y con la mirada perdida como de vuelta de todo y agotadas de tanto shopping de lujo porque yo lo valgo, yo lo valgo y tú, no.
Por eso cuando descubrí a TOSYA, un estudiante de último curso de arte y diseño de Israel, me puse como unas castañuelas en sentido estético y hasta anímico y todo…
Le aplaudo la infinita gracia de recordarme sus personajes a gente completamente opuesta, o sea, pueblerina, feliz, dinámica, vivaz, en perpetua celebración de una fiesta local, oliendo a jabón de Marsella y a tortilla de patatas, puñeteramente contentos de estar al margen de las modas y de una sencillez extravagante y limpia.
Me tiene loca este Tosya y sus “muñecos”.

lunes, octubre 05, 2009


Cuando la belleza es pura melancolía, éxtasis triste, un nudo en el estómago que cosquillea dulce, una lágrima tragada junto un sorbo de café, ese nombre dibujado con el dedo en la funda de la almohada, la piedra del corazón que se quiebra como un pájaro...
Esa, sólo esa, sería su banda sonora.
Por cierto y por desgracia, MICHAEL GALASSO, el autor de la banda sonora de IN THE MOOD FOR LOVE -entre otras-, nos abandonó para siempre el pasado 11 de septiembre