viernes, julio 13, 2007

"No se enamore nunca de ninguna criatura salvaje, Mr. Bell. Esa fue la equivocación de Doc. Siempre se llevaba a su casa seres salvajes. Halcones con el ala rota. Otra vez trajo un lince rojo con una pata fracturada. Pero no hay que entregarles el corazón a los seres salvajes: cuanto más se lo entregas, más fuertes se hacen. Hasta que se sienten lo suficientemente fuertes para huir al bosque. O subirse volando a un árbol. Y luego a otro árbol más alto. Y luego al cielo. Así terminará usted, Mr. Bell, si se entrega a alguna criatura salvaje. Terminará con la mirada fija en el cielo. "



TRUMAN CAPOTE - Desayuno en Tiffany's (fragmento)

12 comentarios:

MALEFICABOVARI dijo...

GUAUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUU, IDENTIFICADATOTALMENTEEEEEEEEEEEE¡¡¡¡ No, no se debe uno aferrar a este tipo de actos masoquistas, pero guapa, yo no puedo hablar, porque meaculpa. Eso sí, totalmente de acuerdo en lo de que se hacen mas fuertes, y ya no te digo nada, si tu tienes personalidad, y van y te la pisan, y si tu tienes cojones, y van, y con esa cara, y ese vivir asilvestrado, te los arrancan... y ya no te digo cuando se vuelven al bosque, y te das cuenta, de que aunque hbieses querido, nunca hubieras domado una fiera... porque para eso tienes que ser uno de ellos...
Ayyyyyyyy, Nancy, qué triste me pongo... paro¡
Cuídate, guapísima, mola mucho tu foto nueva... la de rojos y negros del blog, eres una artista, pero bueno, ya lo sbes, Popinsguapa¡
Bssssssssssssss

el nombre... dijo...

UF!!!!!

ahora, porqué llevamos seres salvajes a nuestra vida?
yo creo que se trata de algunos aspectos también salvajes de nuestra parte! no?

pero no sé quién se hace más fuerte, si el halcón, o uno mismo, que aprende mucho de esas salvajadas, y también nos hace más duros, más curtidos, y mejor dicho, más conocedores de cómo manejarlos y dónde están nuestras flaquezas.
digo, podemos tambien sacar provecho de esos seres salvajes...

aunque quedemos con el ala rota por un tiempito... renacemos despue´s , y con más sabiduría.

bezaso.

Anónimo dijo...

En realidad no sé si el halcón se hace fuerte o no... es como los drogadictos, ¿la droga les hace más fuertes?

Pues la pasión engancha igual. Cuando el halcón la ha tenido quiere más y más, quiere sentirse rebosante de ella. Y vuela y la busca fuera. A lo mejor solo para exaltar sus sentidos, aún sabiendo donde está la vedadera fuente.

Y es tan difícil seguir queriendo a un halcón libre...!

Tamaruca dijo...

Demasiado tarde para mí :(

Mad Hatter dijo...

¡Cómo no se va a ir! Si lo tienes ahí al pobre en pelotica picada, sin ni siquiera una toalla para sentarse.
No, ahora en serio, he captado perfectamente el mensaje, lo sé bien por propia experiencia, pero pensándolo bien... ¡Tampoco está tan mal mirar hacia el cielo!
Como ves todavía no me he ido, me faltan escasas horas pero creo que me voy a despedir con nuestro Halcón.
Besos y hasta la vuelta en agosto.

El canibalibro dijo...

Joer, qué bueno es escribiendo ese tio, ¿eh? Truman Capote es tan, tan grande, buff.. Ya lo dijo él: Era drogadicto, era homosexual, era un genio. No sé cómo nos encontraste, pero gracias por el link, Nanci.

gemmacan dijo...

¿Y la opción cuál es? Porque está claro que amar a animales de esa especie, es mucho más apasionante que lo demás. Entonces... ¿renunciar a ellos? Si al fin y al cabo, cuando llega el momento de quedarte mirando a cielo, siempre acaba apareciendo otro halcón por el horizonte.

Muchos besos.

Sintagma in Blue dijo...

Capote, siempre tan certero.

atikus dijo...

Será que el lado oscuro es más atractivo que el claro??

mmm...no lo sé pero me da que los malos juegan con ventaja.

Paco Becerro dijo...

El corazón de la chica siempre late mas fuerte por el malo de la pelicula...

Dante Bertini dijo...

hummm, qué bonito.
estoy algo bajo de forma (las formas las perdí hace rato)y me encuentro la foto del perverso este con el el texto del otro maravilloso, más que maravilloso, pervertido...thanks!!!

Belnu dijo...

L'enfant sauvage, claro,tiene su encanto, pero yo llegué a una fase de la vida en la que nadie me parece insustituible. Si la cosa no puede ser, una semana de nostalgia y concentración en lo mío y vuelvo a recordar que mi vida independiente me gustaba. Así que -toquemos madera- no me dan miedo esos bellos salvajes. Y aún me queda mi árbol para contemplar...